Any Roman
Mi conexión con el Tarot nace desde mi mágico y rico mundo onírico.
Mis primeros acercamientos fueron como de consultante, sin mayor conexión, más que maravillarme con la información de futuro que recibía.
Ya en mis 25-30 años, hice un breve curso de taller de sueños que me hizo conectarme más con la información que recibía del inconsciente y, de pronto, en mis sueños, comencé a hablar sobre los “Arquetipos del Tarot”, a explicar su significado, a visualizar las cartas expuestas como cuadros artísticos en una pared. Todo esto, me hizo detenerme. De donde sé esta información? De dónde la obtengo? Será que la traigo de otras vidas? Lo cuento con absoluta humildad y transparencia. La verdad, es que no me he ocupado de estas respuestas. Solo sé que me permitieron abrir los ojos a este mundo, a estas láminas cuyos símbolos hacen que baje información en mí, que me permiten conectar con mi intuición y lo demás, lo dejo en manos de algo Superior, y que, paso a paso, me ha permitido confiar en lo que voy recibiendo y en la forma terapéutica que lo voy entregando.
Sin lugar a dudas, mi mente necesitó de la estructura, tomar cursos, leer libros, etc.
Sin embargo, hay una frase que leí hoy y que me hace mucho sentido: “Las cartas del Tarot y yo, fluimos en un lenguaje, en un significado, que juntos vamos describiendo para el consultante. Por eso, ninguna lectura es igual a otra, porque “siempre hay distintos paisajes aún para quien recorre el mismo camino”.
Disfruto mucho de una lectura de Tarot, del vínculo que nace, entre el consultante y yo, me es fácil ponerme en su lugar, conectar, empatizar. Esto hace que muchas veces se me ocurran preguntas interesantes o muy pertinentes de la situación que estamos revisando los 3 participantes de esta historia: el consultante, el Tarot y yo.️
Los espero !!!