A través del sentimiento, del pensamiento y del sistema de creencias vamos manifestando nuestras circunstancias presentes. Cada decisión que tomamos crea los escenarios que vivimos y todo lo que ocurre en nuestro entorno es el reflejo de nuestro interior y una proyección nuestra.
Es por ello, que es tan importante el autoconocimiento y ser conscientes de nuestros pensamientos, intención, sistema de creencias y diálogo interno. Cada pensamiento, cada intención, es una señal energética que enviamos a los campos creativos que, luego, se manifiestan en nuestra realidad.
¿Has tomado consciencia de cómo te tratas cuando te equivocas, cuando intentas hacer algo nuevo o cuando no obtienes los resultados que esperas? Probablemente, te tratas como te trataron tus padres. Hay mucha diferencia entre un “te vas a equivocar”, “tont@”, “no puedes” y un “tú puedes hacerlo”, “eres capaz”. etc. Tus padres no podían hacerlo distinto porque no tenían las herramientas emocionales ni la consciencia para ello. En cambio, tú sí puedes hacerlo distinto.
Si has leído hasta acá es porque algo en ti se despertó y estás en búsqueda del equilibrio y la sana autoestima. Mi invitación hoy es a que te hagas consciente de cómo te tratas a ti mismo y cada vez que tengas un pensamiento de juicio, castigo, descalificación hacia ti, lo cambies y tengas un gesto de empatía contigo. Aceptar que te puedes equivocar, que puedes cambiar de opinión, que puedes sentirte vulnerable y tratarte de la misma forma que tratas a tu mejor amigo pueden hacer un gran cambio en tu realidad.
La forma en que los otros nos tratan es un reflejo de cómo nos valoramos a nosotros mismos ¿Cómo puedes pedir que te traten con respeto si tú mismo no te tratas así?; ¿Pedir empatía si te sobre exiges y te descalificas? ¿Pedir que te valoren si tú no te das tu espacio o no escuchas tus necesidades?, Cada vez que te descalificas te estás desvalorizando. Toma consciencia de tu diálogo interno, cuídalo y observa lo que vas creando en tu vida con ello.