Autocuidado son aquellas acciones que elegimos hacer para nosotros mismos y que disfrutamos hacer sin sentirnos obligados, con el fin de estar bien. Esta acción tiene la particularidad de revitalizarnos y de reiniciarnos para continuar con los desafíos de la vida cotidiana. Autocuidado es un concepto que viene de la enfermería, es la primera etapa del establecimiento de una buena calidad de vida, ya que implica una actitud y aptitud para, en forma voluntaria y sistemática, realizar acciones que promuevan la salud y un estilo de vida saludable. Por ello, también podemos pensar en el autocuidado como forma de mantener nuestra salud emocional y mental.
El autocuidado aporta a nuestro bienestar, nos ayuda a liberar el estrés y hace que recarguemos nuestra “batería” interna. Para ello, el llamado es a detenerse y preguntarse cuando te sientas cansado: Qué necesito hacer ahora para sentirme bien? Sentir tus emociones, escuchar las necesidades de tu cuerpo, darte cuenta cómo te sientes y pensar qué acción puedes tomar en ese momento que te pueda hacer bien porque el autocuidado no es postergable, es ahora. Esta acción no necesariamente significa dedicar mucho tiempo o dinero a una actividad, todo lo contrario, acciones como detenerse a observar un paisaje, hacer una pausa en el trabajo para descontracturarse, prepararse un té y disfrutarlo, hacer una llamada telefónica a algún amigo, practicar alguna manualidad, hacer respiraciones profundas y conscientes, son acciones de autocuidado que se pueden realizar en pequeñas pausas sin tener que invertir dinero, pero que tienen la capacidad de revitalizarnos.
Al ser seres integrales, el autocuidado también incluye distintos ámbitos tales como:
- Autocuidado físico (lo que le hace bien a mi cuerpo): hacer una caminata, dormir temprano, alimentarse sano, hacer pausas durante la jornada de trabajo para descontracturarse, pasear a tu mascota, hacer alguna actividad física que te guste, nos ayudan a mantener nuestro cuerpo saludable.
- Autocuidado mental: Leer un libro, observar la naturaleza, hacer manualidades, ir a ver una exposición, romper rutinas, visitar un lugar nuevo de tu interés, nos sirve para activar nuestra creatividad y descansar nuestra mente.
- Autocuidado social: Promover la conexión con los otros, sentir que no estamos solos, alejarnos de relaciones tóxicas, no esforzarnos en cumplir expectativas, hablar, hacer una cita, compartir un momento, incorporarse a un grupo en el que compartan un interés.
- Autocuidado emocional: reconocer y aceptar nuestras emociones sin juzgarnos, llamar a un amigo y contarle cómo nos sentimos, escribir cómo te sientes, detenerse y reflexionar, tratarnos con empatía dejando la autocrítica, decir no si algo nos hace mal, nos ayuda a regular las emociones y cultivar estados emocionales más optimistas.
- Autocuidado espiritual: cultivar hábitos como agradecer, enfocarse en los positivo, reflexionar sobre el sentido de la existencia, los valores y las creencias, tomar consciencia que somos parte de un todo y que lo que afecta al otro nos afecta a todos es parte del autocuidado espiritual. Mantener contacto con la naturaleza, con la belleza, con las creencias de cada uno, ayuda a calmar y darle un respiro a nuestra mente.
Practicar el auto cuidado nos permite estar de mejor humor para enfrentar los desafíos, mejorar nuestro rendimiento, tener respuestas más asertivas a los desafíos laborales, familiares y emocionales con lo cual la confianza en nosotros mismo se fortalece y nuestra autoestima aumenta.
Vivimos tiempos desafiantes, donde cada uno o una está enfrentado a su propia realidad, con sus oportunidades y complejidades, por eso debemos estar atentos a escucharnos y a buscar nuestra manera de estar bien. Nuestra invitación es a que vayas incorporando en tus hábitos acciones de autocuidado y veas como van impactando tu vida de forma positiva.
Grandes cambios comienzan con pequeños pasos!
Andrea Marambio-Terapeuta holística
Juan Antonio León – Psicólogo Clínico